jueves, 26 de mayo de 2016

La homosexualidad no es una 

epidemia; 

es un derecho.
                                                      
Hoy en día en nuestra sociedad hay muchos problemas polémicos en la cual existe una diversidad de posturas y argumentos una de ellos es la discriminación por opción sexual y  la interrogante que siempre me formulo es: ¿Cuáles son los factores de la discriminación por opción sexual? ¿Habrá leyes que amparen a estas personas de LGBT?
Mi argumento en favor de reconocerle a las personas lesbianas, gays, bisexuales y transgénero (personas LGBT) los mismos derechos que gozan todas las demás personas no es radical ni complicado. Se basa en dos principios fundamentales que sustentan las normas internacionales de derechos humanos: igualdad y no discriminación.
 Las palabras iniciales de la Declaración Universal de Derechos Humanos son inequívocas: “Todos los seres nacen libres e iguales en dignidad y derechos”. Sin embargo, las actitudes homofóbicas sumamente arraigadas, a menudo combinadas con la falta de protección jurídica adecuada contra la discriminación basada en  la orientación sexual y la identidad de género, exponen a muchas personas LGBT de todas las edades y en todas las regiones del mundo a violaciones flagrantes de sus derechos humanos. Se discrimina contra ellas en razón de su orientación sexual e identidad de género, desde discriminación en el trabajo, en la atención de la salud y en la educación, hasta la tipificación penal y en ciertos casos hasta son maltratadas(os) y desheredadas(os)  por sus propias familias. En las calles de los pueblos y ciudades de todo el mundo son víctimas selectivas de ataques físicos: palizas, golpes, abuso sexual, tortura y asesinato.
Además basándose en el máximo cuerpo legal vigente como es nuestra constitución política del Perú quien en el inciso Nº 2 del Artículo 2 de la Constitución Política del Perú, establece el derecho “A la igualdad ante la ley. Nadie debe ser discriminado por motivo de origen, raza, sexo, idioma, religión, opinión, condición económica o de cualquiera otra índole”. El Perú es un claro ejemplo de la tolerancia que debe predominar entre ciudadanos, puesto que es una nación pluricultural, con muchas culturas, razas, idiomas y dialectos, que respeta la libertad de Religión, siempre claro que no atente contra los derechos de los otros, pero en definitiva la tolerancia se establece cuando todos nos respetemos recíprocamente sin tratar en forma despectiva a los demás, o sin sentirse superior a otros; por lo mismo ante la LEY, y esto se constituye con las normas, y derechos, todos somos iguales, hombres mujeres, lesbianas, homosexuales, católicos y judíos, así como los letrados y los no.
Y en más de 75 países las leyes discriminatorias tipifican penalmente las relaciones privadas y consentidas entre personas del mismo sexo, exponiéndolas a ser arrestadas, enjuiciadas y encarceladas. Desde comienzos del decenio de 1990 los mecanismos de derechos humanos de las Naciones Unidas han expresado repetidamente su preocupación por esas y otras violaciones conexas.
El Perú es un país muy conservador donde en su mayoría repugnan a las personas que están con otras de su mismo sexo; muy pocos son los pueblos o distritos que ponen freno  para que no sean estas personas maltratadas físicamente y psicológicamente tal es el caso de Pueblo Libre es uno de los pocos distritos de la capital de Lima que cuentan con ordenanzas que prohíben la discriminación por orientación sexual e identidad de género. De hecho, solo 14 de los 43 distritos de Lima Metropolitana cuentan con alguna norma que proteja a personas homosexuales, según datos del Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos (Promsex) y del Ministerio de Cultura. Los otros 29 no contemplan el tema.
“Hay una incoherencia entre lo que dicen sus normas y el trabajo de los serenos. Ellos están violando sus propias reglas”, afirmó a El Comercio Alberto Hidalgo, asesor de incidencia política de Promsex. 
Agregó que el problema con las ordenanzas es que no contemplan una sanción penal para los infractores. “Solo hay sanciones administrativas en algunos casos. Se puede presentar una denuncia, pero el Código Penal no recoge de forma expresa como agravante en el delito de discriminación la orientación sexual ni la identidad de género”, afirmó. 
El Código Penal, en su artículo 323, castiga la discriminación racial, religiosa y sexual, entre otros aspectos. Para el constitucionalista Enrique Bernales, el término sexual es muy “genérico” y solo se refiere a lo masculino y lo femenino, y no a la sexualidad de las personas, que tiene que ver con las preferencias y orientaciones. “La ley debería ser más explícita”. Debido a ello que es otro factor que contribuye a que muchas personas no sean vistas como cualquier otra por su entidad de género la cual la ley peruana se contradice lo que tipifica en sus artículos y en cuanto a llevarlo como defensa y de amparo para dichas personas; se trata de un problema muy polémico ya que puede ocasionar la muerte de muchos gays, lesbianas, transexuales y transgénico.  
En 2011, el Consejo de Derechos Humanos aprobó una resolución en la que expresó su “grave preocupación” por la violencia y discriminación que se cometen contra personas por su orientación sexual e identidad de género. La necesidad de adoptar medidas para poner fin a esas violaciones se reconoce cada vez más, si es que no se la acepta universalmente.
En conclusión poner fin a la violencia y la discriminación contra las personas debido a su orientación sexual e identidad de género es un gran reto en materia de derechos humanos, en la que se indican las obligaciones jurídicas que incumben a los Estados respecto de las personas LGBT, pueda contribuir a ese debate a nivel mundial, pero más a nivel nacional, que es donde es necesario que ocurra el cumplimiento. Pese a todas las dificultades, vivimos en una época de esperanza, ya que un número cada vez mayor de Estados reconoce ahora la gravedad del problema y la necesidad de adoptar medidas al respecto.


Para finalizar los dejare con una frase de Steven Covey que sirve como respuesta de las personas LGBT ante los insultos y rechazos de la sociedad– que dice así: “No soy producto de mis circunstancias sino de mis decisiones”.








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